Club Internacional Taurino
Club Internacional Taurino
Club Internacional Taurino
Club Internacional Taurino
Pepe Gan

Pepe Gan

Una de las personas que más ha hecho por conservar en celuloide la historia de la Tauromaquia es sin duda José Hernández Gan, nacido en Córdoba en 1916, más conocido por todos como Pepe Gan.

Cineasta y director de la Filmoteca Taurina Gan situada en la céntrica calle de Espoz y Mina, en el mismísimo corazón de Madrid, trata con ella de rendir homenaje a todos los protagonistas de la fiesta. En esta filmoteca se conserva medio millón de  metros de película que atesoran algunos de los momentos más espectaculares del toreo.

Pepe Gan tuvo en su infancia un amigo que le marcaría para toda la vida. Su vecina era Doña Angustias Sánchez; Gan se hizo muy amigo de su joven hijo, el que años más tarde se convertiría en uno de los más grandes matadores de la historia, Manuel Rodríguez Manolete: De niño, su madre le tiraba los trastos de torear, así que no tuvo más remedio que salir a dar pases con su chaqueta. La chaqueta sufría siempre desperfectos en el curso de la lidia, y cuando Manolo tenía miedo de volver a casa, se refugiaba en la mía. De paso yo le ayudaba con los deberes, aunque no éramos ninguno de los dos unas lumbreras.

De crío siempre iba con Manolete a un cine barato de barrio. Removíamos los bolsillos para juntar lo suficiente para ver las películas del oeste, que eran las únicas que había. Me acuerdo que después de ver una que se llamaba Sangre India, Manolo tuvo la idea de pincharnos los brazos y entremezclar nuestras sangres para ser hermanos para siempre.

En un principio quiso ser actor, hizo de todo para vivir, desde bailarín hasta doblador de diálogos, eventualmente obtuvo el carnet de director y empezó a producir sus primeras películas. Realizó un total de ciento cincuenta cortos y siete largometrajes sobre temas folclóricos y taurinos, entre los que se encuentran Jugando a morir con el torero cómico Platanito y, Cuando suena el clarín con los hermanos Gabriel y José Luis de la Casa.

Se dedicó por completo al mundo del toro cuando empezó a triunfar el amigo de la infancia, Manuel Rodríguez Manolete, y considera Sangre en la arena como su mejor película, donde trataba de plasmar que los toros son una fiesta de grandeza y tragedia donde la muerte está siempre presente.

Pepe Gan viajaba por toda España en su Vespa con el pesado equipo de 35 mm a cuestas, filmando corridas desde las de más tronío hasta las más modestas y sentía especial predilección por filmar las llamadas Corridas de la oportunidad en el matritense coso de Vista Alegre, así como por los días de alternativa.