Socios del Club
Requisitos para asociarse al Club:
Podrán pertenecer al Club aquellas personas mayores de edad y con capacidad de obrar que tengan interés en el desarrollo de los fines establecidos en el artículo dos de los estatutos.
Asimismo podrán formar parte del Club los menores de edad, con el consentimiento expreso de las personas que deban suplir su capacidad.
Para obtener la condición de socio de número de este Club, tendrá que solicitarse por
escrito y mediante aval de un socio que esté al corriente de sus cuotas. La petición deberá ser aprobada por la Junta Directiva, dando cuenta en la primera Asamblea que se celebre.
No será admitido ningún nuevo socio o causará baja, cuando se tenga conocimiento de que hubiera sido anteriormente expulsado del Club.
Clases de Socios
Dentro del Club existirán las siguientes clases de socios.
a) Socios Fundadores que serán aquellos que participen en el acto de constitución del Club.
b) Socios de número, que serán los que ingresen después de la constitución del Club.
c) Socios de Honor, los que por su prestigio o por haber contribuido de modo relevante a la dignificación y desarrollo del Club, se hagan acreedores a tal distinción. El nombramiento de los Socios de Honor corresponde a la (Junta Directiva o Asamblea General).
FALLECE DOMINGO ESTRINGANA, SUBDIRECTOR DE LA FILMOTECA TAURINA GAN
Ha fallecido ayer a los 72 años de edad, Domingo Estringana Sanz, sub-director de la antigua Filmoteca Taurina José Gan, situada en la calle Espoz y Mina, 5. Domingo dirigió la Filmoteca desde la muerte de su “jefe” y amigo Pepe Gan el 14 de junio de 2002. Hace unos años fue necesario clausurar la Filmoteca definitivamente al enfermar Domingo, de Alzheimer. Afortunadamente, la Filmoteca Nacional Española se hizo cargo de la conservación de todo su valioso contenido.
Los restos mortales de Domingo Estringana se velarán, durante el día de hoy, 13 de abril, en el Tanatorio de San Isidro, sala 2. Mañana serán trasladados a su pueblo natal, Castilmimbre (Guadalajara). D.E.P.
Ha fallecido en Madrid el famoso pintor taurino César Palacios víctima de una penosa enfermedad a los 84 años. Su vida giraba alrededor del toro: De niño jugaba al toro en los alrededores de la plaza de Las Ventas, barrio donde nació y vivió toda su vida.
Uno de los días más felices de su vida fue el pasado 2 de mayo cuando el Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid, encabezado por Miguel Abellán, le rindió un gran y sentido homenaje con el descubrimiento de un azulejo conmemorativo en el Patio de Caballos. César confesó entonces: “No hay nada que me podría hacer sentir más feliz que este azulejo. Así formo parte de ’mi plaza’. Y además lo han colocado en el sitio perfecto, en el patio, al lado de la puerta de la Capilla.”
Afortunadamente Cesar Palacios ha podido disfrutar de este merecido homenaje en vida, rodeado de los suyos y de sus muchos amigos.
Descanse en paz, querido amigo.
Muriel Feiner
A Justo Avilés, en tu recuerdo.
Adiós querido
amigo
Adiós es una
palabra muy corta para llenarla de todo lo que quisiera decirte fruto del sentimiento. Se me vienen a la cabeza tus risas, tus frases irónicas, tu acierto en la psicología del paisanaje, tu forma de
ser, tu entrega, tu cariño. Recuerdo perfectamente la tarde en que nos conocimos a finales de los años setenta en aquel local junto a la plaza de San Bernardo, donde formamos parte del grupo
fotográfico “Enlace”. Desde entonces no te separaste de tu cámara. Con ella retrataste a lo más grande de la torería y dejaste maravillosos encuadres de los detalles que tanto te gustaban: los
arroyos, lo portones de las viejas casas de pueblo, las farolas madrileñas, las grietas y los surcos…
De grietas y de surcos eran tus manos, con las que te ganaste la vida como un gigante desde tu diminuta estatura, de grana y dulce era tu alma, de sabiduría tu mente.
Te vas, te lleva de viaje esta maldita enfermedad que ahora más que nunca me atormenta. Hazme un favor querido amigo: cuando te encuentres con Dios dile que estaremos todos en el festival homenaje
que ya te preparan los ángeles. Por nada del mundo nos lo perderíamos. No te imaginas lo orgulloso que me sentí cuando aquella tarde me llamaste “maestro”. Tú sí que lo eras, un maestro de la vida
que hoy hace el paseíllo vestido de grana y oro en el coso de los cielos.